Admisión y privilegios de un cooperador

Como cualquier Heraldo del Evangelio, los Cooperadores participan de las gracias especiales que Dios concede a la Asociación. El Santo Padre les otorgó una indulgencia plenaria in articulo mortis. Los Cooperadores están agrupados en Sodalicios, organizados en función de las parroquias a las que pertenecen, o de la proximidad de una casa de los Heraldos del Evangelio.
Para hacerse Cooperador, el candidato comienza por hacer la preparación para la Consagración a Jesucristo, la Sabiduría encarnada, por las manos de María, según el mencionado método de San Luis María Grignion de Montfort, siendo admitido después al pronunciar la fórmula de la Consagración, durante una ceremonia solemne, en la cual recibe el Hábito de Cooperador, la Insignia o distintivo con el cual se identifica, un Devocionario y un ejemplar del Ordo de Costumbres.
El Devocionario contiene oraciones que los cristianos deben rezar en diferentes momentos del día, por ejemplo, al levantarse y al acostarse, antes y después de las comidas, en el momento del Ángelus, además de otras oraciones muy convenientes para incrementar la vida de piedad, obtener la intercesión de la Santísima Virgen y de los Santos, y agradar a Dios.
El Ordo de Costumbres, en su conjunto, sirve únicamente como guía de comportamiento y como incentivo en el camino rumbo a la perfección. El Cooperador tan sólo está obligado a cumplir los puntos indicados más abajo.
En el acto de admisión el Cooperador hace también el Compromiso de honra de cumplir algunas Obligaciones, establecidas por el Consejo General de la Asociación, sin que su violación, por sí misma, constituya pecado o imperfección.
Con la Santa Misa en la nueva parroquia "Nuestra Señora del Pilar" en Chinandega, los cooperadores (terciarios) de esta ciudad, renovaron sus compromisos con la asociación Heraldos del Evangelio", con el deseo de seguir las vias de perfección segun el carisma y la espiritualidad de esta asociación.Animamos a todos los Cooperadores a seguir adelante en su desición de ser en cada uno de sus ambientes Heraldos del Evangelio, a pesar de todas las dificultades que esto pueda traer.
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